jueves, 17 de febrero de 2011

Furtivo

Alguien
demora en el sendero
el paso de los días,
que caminan,
mientras canta,
igual a los pájaros
del monte quieto.
Es alto, es bello
como el cazador
de Alfonsina
en su poema.
Tanto está aferrado
de un lado, a otro
que a veces se confunde
con otro, que no es él
y sigue transitando
sendas arboladas;
mientras las endechas
sin nombre, ni memoria
se esparcen y se alejan.
Las metáforas
se hacen nudo en su garganta.
Dan vagos
sonidos guturales.
Rasante pasa un ave.
El dueño del fusil
levanta el arma
Mira, Escruta, ¡Mata!.
y cual cascabel enmohecido,
se transforma
en un reproche
a si mismo.

Lucila Soria

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